Dualidad

 

Avanzar en el camino de vuelta y llegar hasta el extremo más árido del pensamiento. Bucear dentro de cada uno y explorar los rincones más recónditos de nuestro cerebro. Exprimir con total impunidad todos los sentimientos y sacarles su jugo, hasta la última gota. Plasmar de frente y visiblemente lo que realmente somos, sin miedo, con valentía, con fuerzas para ver el monstruo que llevamos dentro.

 Llegados a este punto, pasada la primera impresión de terror que nos produce vernos desnudos y feos, iremos visualizando todos y cada uno de nuestros elementos. Siempre hay una dualidad, siempre ha de haberla y se debe poner una frente a la otra; de esa manera, podremos, sin lugar a dudas, encontrar el término medio entre lo maléfico y lo misericordioso.

 No es fácil, pero nadie ha dicho que lo sea. No es prioritario para vivir, pero nadie puede vivir sin hacerlo alguna vez en su vida. De una u otra manera, sin saber muy bien cómo y por qué nos vemos envueltos en situaciones que, irremediablemente, nos hacen enfrentarnos a nuestra propia dualidad; y nos vemos reflejados como en una habitación con espejos, donde cada una de nuestras figuras representa algo íntimo, algo nuestro, algo escondido o no, algo, en algunas ocasiones, macabro. También vemos lo positivo, igualmente forma parte de nosotros.

 Somos extraños de nosotros mismos, estamos ausentes, vacíos, distantes y casi muertos. Imbuidos por las prisas, dejamos pasar nuestra vida como un tren de alta velocidad en el que apenas nos damos cuenta que vamos a mil; solo cuando topamos con un muro somos conscientes de nuestro viaje, de su rapidez y de la poca o nula consistencia de nuestra vida y entonces, volvemos la vista hacía atrás y vemos  todo lo que hemos dejado pasar; ya no vuelve, ya no está ni estará.

 Pero ante esto, nos queda la sabiduría, nos queda la experiencia; el miedo va desapareciendo; ya no tememos mirarnos al espejo, ya sabemos lo que tenemos dentro; podemos seguir nuestra vida, nuestro camino, despacio, lento, conscientes y vivos, sabiendo lo que queremos.

 Avanzar en el camino de ida. Avanzar…

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